Cuando pensamos en Imparables lo lógico es imaginar un grupo de ciclistas pedaleando con su Orbea por los lugares más increíbles del planeta. Nos viene a la cabeza Santi Millán, Carlos Ortet o Raquel Lisbona. Ciclistas capaces de mantener el buen humor trepando cualquier montaña. Sin embargo, hay una serie de Imparables que, sin bici, también suben puertos, sufren caídas y se pierden por la selva y los desiertos. Os presentamos al equipo técnico de Imparables.
Una escuadra formada por 6 profesionales con roles muy concretos: Los 2 cámaras desempeñan el papel del gregario. Son un dúo imprescindible que trabajan duro en todos los terrenos. Durante las etapas escarpadas, suben los puertos antes que los ciclistas para encontrar el mejor spot y obtener las tomas más alucinantes. Una vez logrado, contrarrelojéan hasta el siguiente sendero por donde pasará la carrera en busca de la mejor toma. Uno de los incondicionales es David Arasa que sería Local Legend de todas las carreras si hubiese premio para los cámaras.
El piloto del dron. Es el caza etapas del equipo. El encargado de convertir un documental bueno en una obra maestra. El piloto estudia el mapa de la carrera para colocarse en el punto perfecto y cazar las mejores tomas aéreas.
El sonidista. Es el gregario de lujo del equipo. Se encarga de apoyar la narración audiovisual que captan los cámaras. Se encuentra en la salida y la llegada de cada etapa. Mediante micros de corbata o de percha registra las declaraciones de los corredores estén quietos, en movimiento, cerca o lejos.
Finalmente tenemos a los dos jefes de filas. Un realizador, César Corta, y una productora, Mer Canet. Son los encargados de coordinar el equipo y organizar la táctica de grabación de cada etapa.
Mientras tiene lugar la Transpyr, la Cape Epic o cualquier otra prueba, estos 6 Imparables cubren la carrera. Normalmente los cámaras se dividen para hacer un seguimiento de diferentes Imparables. Pueden hacerlo montados en moto, como es el caso de la Transpyr, o grabando desde puntos fijos como en la mayoría de carreras. Si van en moto, lo hacen de paquete para grabar a los ciclistas en movimiento. Cuando el terreno se torna complicado para los ciclistas también lo hace para la moto. Eso significa que los corredores no son los únicos en pegarse leches. Si el recorrido es muy técnico se graba directamente desde puntos fijos. Eso significa que el equipo de Imparables busca una serie de lugares interesantes en el recorrido para captar el paso de los ciclistas. Algunas veces, es común ver a los cámaras corriendo al lado de los Imparables con la cámara en la mano como si fuesen espectadores del Tour de Francia. Otras veces, se esconden como francotiradores entre los matojos o los árboles de los bosques para pasar desapercibidos.
El equipo técnico de Imparables ha experimentado muchas vivencias peculiares. La última fue colgar un dron entre los árboles de los bosques sudafricanos de la Wine2Whales que significó tener que movilizar a unos cuantas personas locales y una especie de grúa prehistórica para rescatar el dron. Pero, no hace falta viajar tan lejos para encontrar anécdotas surrealistas. En una Transpyr, los cámaras estaban cubriendo la prueba desde el coche grabando unos súper planos de los ciclistas. Para lograrlo, habían bajado la ventanilla y tenían medio cuerpo colgando fuera del automóvil. ¡Las tomas eran tremendas! Sin embargo, aquel plano sublime se vio arruinado cuando se cruzaron con un coche de policía. Los cámaras se metieron rápidamente dentro del coche pero fue demasiado tarde. La policía se había dado cuenta y mandaron parar el vehículo. Imaginaos como es la vida, que el policía que les pidió la documentación era un gran fan de Imparables y entendió que estaban grabando un documental.
En cada etapa se recogen unos 300 gigas de contenido que más tarde se tendrá que ir descartando para atrapar las mejores tomas que entrarán en el documental final. Hasta aquí llega la primera parte del making of. El llamado “trabajo de campo”. A continuación, entrarán nuevos actores en escena (3 personas de postproducción) que, a partir de todo el contenido registrado, elaborarán un documental de una hora.
Una vez hechas las pertinentes copias de seguridad del material, comienza el proceso de edición. La base de cada documental son las entrevistas. Recordad que después de cada etapa, el equipo técnico reúne a los corredores para hacerles una batería de preguntas sobre la jornada. Estas declaraciones servirán como hilo conductor del documental. A partir los comentarios de los corredores, se elegirán las tomas grabadas en plena carrera que servirán para ilustrar aquello que narran los Imparables. De este modo, cada etapa tendrá una duración de unos 10 minutos en el documental.
En el momento que cada etapa de la carrera está montada (encajando las entrevistas, las imágenes de la carrera, las grabaciones de la GoPro y las tomas del dron), se junta con el resto de jornadas y forman el total del documental. ¡Pero todavía queda trabajo por hacer!
La limpieza de sonido es uno de los últimos procesos. Consiste en estandarizar todo el audio del documental. Como hay tomas grabadas con diferentes micros ( de corbata, de percha y el de la GoPro) se modulan al máximo las voces así, a pesar que los micros utilizados sean varios, las voces suenen bastante igual. También se aprovecha para limpiar el sonido ambiente que puede contaminar los comentarios de los protagonistas.
Cuando el documental está montado y el sonido totalmente limpio, solamente resta la corrección de color. Hemos dicho que no todos los micros graban igual, pues ocurre lo mismo con las cámaras. Por ejemplo, las imágenes captadas por una GoPro y las de un dron tienen diferentes temperaturas. Eso significa que se tiene que corregir el color para que durante el documental no se note cuando está grabando la cámara 1 o la cámara 2.
Una vez corregido el color ya tenemos el documental listo para lanzarlo a YouTube y pasarlo por la televisión. Como veis, al final los que menos se cansan son los ciclistas.